martes, 14 de septiembre de 2010

ONCE CONTRA ONCE

Once contra Once
 
Hemos pasado otro 11 de Setiembre. Golpe en Chile. Torres Gemelas y Fiesta Nacionalista. En Cataluña todo está orientado según la ideología hegemónica y por ello solo interesa celebrar el haberse conocido y dejar patente su hegemonía.
 
Más de lo mismo en este “11 de Setembre”. Sin embargo quiero destacar  algunas cosas. Una de ellas fue la Marcha de Antorchas (Marxa de Torxes”) convocado por sectores “independentistas” (eufemismo es utilizado profusamente en esta Comunidad Autónoma como sustituto de secesionistas). La simbología de una columna de personas enarbolando antorchas en un rito hipnótico resulta llamativo por las connotaciones derivadas del uso del mismo método que otros nacionalistas utilizaron con profusión en la Europa de entreguerras.
 
Uso del fuego y de las banderas. ¿Qué ha cambiado para que no se recuerde las similitudes en la escenografía?. No voy ya a hablar de similitudes en el discurso y en las practicas. Solo las vestimentas de los manifestantes es diferente en la liturgia utilizada, ¿será ese el detalle que es utilizado a modo de exculpación desde los sectores democráticos catalanes (si es que aún quedan) y del resto de España?. El habito no hace al monje pero parece que no importa que hagas, que digas, si vistes “progre” y dices que eres “progresista” entonces lo que haces y el resto de lo que dices no puede ser reaccionario ni xenófobo, ni derechista, ni, por supuesto, fascista. Así es posible convocar manifestaciones contra el Estado de Derecho y a la vez convivir con el reclamo de una “Catalunya catalana”, y quedarse tan ancho utilizando para autodenominarse el calificativo de progresista.
 
Lo otro que me impacto fue un acto en el Fossar de les Moreres, algo así como el "novamás" simbolico de los sectores independentistas -de nuevo hay que precisar: secesionistas- y del mundo nacionalista en general. Vamos, un mito más de los tantos creados por la historiografía nacional catalanista. En ese centro simbólico de los mas radicales, en un escenario ad hoc, con tarima, sonido y resto de parafernalia para la que es necesario dinero –y sigo preguntándome, ¿nadie se dignara algún día tirar del hilo?- unos encapuchados gritarón consignas a favor de la ¿extinta? organización terrorista Terra Lliure, un delito muy serio, si tenemos en cuenta lo que ha representado el terrorismo en España. A esos gritos se le unió, además del publico, y de forma abierta, una persona sin capucha que parecía formar parte de la Organización , vamos de los que recibieron las “pelas” para montar el tinglado. Todo ello además de otros actos también ilegales -inluyendo quemas de banderas y otros "objetos"-. Todo dentro de lo que es habitual en estos casos. Lamentablemente habitual, añado, como que eso se hiciera con la presencia de mandos de la policía autonómica. Y es que hay demasiadas cosas en Cataluña que se han hecho "normales" y que deberían preocupar a los que seguimos pensando que los postulados democráticos merecen que los defendamos..
 
Sigamos. ¿Si todo es tan normal que fue lo que me impacto? Lo explico. Me preocupó, sobre todo, el contraste de la actuación de los antidisturbios en este caso, con su actuación el día 11 de julio, donde se emplearon contundentemente contra los ciudadanos que celebraban el triunfo de la Selección Española en el Mundial de Futbol. Cargas, balas de goma, contusionados, perdida de un ojo de uno que pasaba por allí. Todo un ejemplo de decisión política. No olvidemos como se trata a su vez otras expresiones y manifestaciones nacionalmente correctas y convenientemente violentas. Y en este escenario es preciso incorporar como aderezo las declaraciones "oficiosas" sobre la aparición de las banderas españolas. Si es que han pasado 30 años de escuela nacionalista y ahora resulta que la programación ideológica y el adoctrinamiento político no ha servido para hacer imposible que aparezca una bandera denunciada como símbolo de la opresión de los malvados españoles.  Ahí tenemos una explicación de los motivos de la dura actuación policial  y del paralelo tocar de puntillas el tema de lo sucedido esa noche del 11 de julio en los subvencionados medios de comunicación catalanes. Los que tienen el poder en Cataluña: les ha "cabreado" esa demostración de la realidad. y decidieron que, ya resumiendo: “si no pasan por el aro entonces caña al mono (¿español?) y sin que se note el interés".  Como para no estar preocupado.
 

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